domingo, 26 de enero de 2014

Mi experiencia en las aulas hospitalarias (opinión)

El jueves fue el primer día que estuve en las aulas hospitalarias para hacer música con y para los niñ@s, familiares y profesionales del hospital. En esta entrada os resumo lo que pude observar y mi opinión sobre el uso de la música para niñ@s (de forma educativa y/o terapéutica) en los hospitales. 

El jueves mi amigo Ángel y yo fuimos como "profes" de  música. Teníamos que hacer dos sesiones/clases: Una para la sala de adaptación al medio, y otra para el aula hospitalaria.
Un hospital... para un niño y para muchos adultos es un sitio que da mucho miedo... y más si tenemos que vivir en él durante un tiempo: ruidos molestos, pruebas y operaciones molestas, gente extraña que entra y sale...
¿Qué ves en esta imagen? Yo veo un vaquero que galopaba por el desierto cantando. 
Cuánto me gustaría que se pudiera utilizar más el "poder" de la música en el ámbito hospitalario. 
Donde la música de cada día está formada por los ruidos de un montón de máquinas y del propio silencio.

Cuando entramos a la sala de adaptación al medio casi podría decir que sentía una enorme ansiedad y miedo en el ambiente: niñ@s con sus madres a punto de entrar a quirófano. Me llamó la atención la diferencia en el lenguaje corporal de los niños al comenzar y al acabar la sesión: Al final de la misma se mostraban más relajados y despreocupados que al comenzar. Tuvieron momentos de enormes sonrisas y de gran participación a través de percusiones corporales, instrumentales y vocales. Estas sonrisas y relajación de la que hablo, forman uno de los grandes beneficios que puede aportar la música antes de una operación.


En el aula hospitalaria la realidad era algo diferente: Los niños que forman parte de ella están hospitalizados por un tiempo más duradero, lo que hace que actividades como la música pueda divertirles, ayudar a la relajación, y hacerle aprender cosas nuevas. En el caso de nuestra sesión, nuestro principal participante se convirtió en un vaquero que cabalgaba por el desierto y cantaba con un indio que al final se hizo amigo suyo. Una historia que ha permitido que por unos minutos nuestro protagonista se evada del lugar y la gente con la que suele estar para que pueda ser niño. Elegir con qué y quién jugar, a qué, y cómo quiere crecer.

Momentos muy emotivos y especiales los que viví en esa mañana de jueves, donde cambié mi idea de hospital cuando vi la parte de pediatría, y donde toda nuestra experiencia se pone en juego para atender a los casos particulares con los que nos encontramos: Inventarnos canciones para poner la "pegatina" de la vía (preoperatorio), canciones para mover todo el cuerpo (incluso partes de movilidad reducida), juegos para desconectar de los ruidos estresantes del hospital... Todo por y para los niñ@s y familiares que están en el hospital.

En mi opinión, éste tipo de actividades son muy importantes en un hospital, ya que lo "humanizan". En un lugar donde te imponen el espacio, la comida, la compañía y la maquinaria que tendrás que "llevar puesta", el hecho de tener la oportunidad de elegir con qué instrumento tocar (por ejemplo) o qué cantar, se convierte en un hecho muy importante. El poder de desconexión, relajación, animación y socialización que tiene la música yo creo que no lo tiene ninguna otra herramienta o medicina. Es por lo que creo que la música debería estar más integrado en los hospitales. Al menos en el área de pediatría, donde los niños y niñas puedan ser protagonistas de su propia vida y elegir qué hacer aunque sea durante 5-10 minutos. Por el hecho de haber conseguido que los niñ@s del hospital sonrieran y se relajaran aunque sea durante 2 segundos, mereció la pena todo el esfuerzo realizado.

2 comentarios:

  1. Bienvenido al club. Cuanto me alegra que aportes todo lo que sabes sobre música y terapia con estos críos que tanto necesitan desconectar de algunos fantasmas y pasar momentos mágicos que contrastan con su realidad del día a día. Ánimo Antonio!!! Esto es muy hermoso. Balty

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    1. Muchas gracias Balty. 100% de acuerdo. Creo que es una labor muy importante la que hacemos y que beneficia muchísimo a todos los críos y a sus familias. Sobre todo por ese contraste que mencionas con la realidad que viven en el hospital. Un abrazo y gracias!

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